7 enero, 2021
Un informe elaborado por Caixabank Research revela que el sector turístico no se acercará a los niveles precrisis (las cifras anteriores al inicio de la pandemia) hasta 2023. Según el informe, elaborado en base a los datos del INE, el PIB turístico alcanzará este mismo año las cifras de 2017. Además, la OMT espera que el turismo internacional se quede este año un 30% por debajo de la cifra de 2019, frente a la caída de casi el 100% que el sector experimentó en 2020 ante la crisis del coronavirus.
El estudio de Caixabank recoge la necesidad de que el sector turístico acometa “una profunda y rápida transformación” para adaptarse al nuevo perfil de turista internacional poscoronavirus e indica que estará “mucho más preocupado por recibir
un servicio personalizado, flexible y, sobre todo, más seguro”.
La crisis de coronavirus y las restricciones a la hora de viajar han provocado una caída sin precedentes del turismo internacional y, por consiguiente, de la actividad del sector. Por comunidades, la caída será muy heterogénea, en función del peso del turismo extranjero en el área concreta.
De acuerdo con este informe, la región que más sufrirá la caída del gasto turístico será Baleares, en torno a un 59%. Por otro lado, Castilla- La Mancha y Aragón son las comunidades en las que el turismo internacional tiene un peso menor, por lo que la caída del gasto será reducida. En 2020, la caída fue del 34% en estas dos últimas regiones, frente al descenso de cerca de un 60% que registró Baleares.
“El coronavirus no supondrá un cambio de dirección en las tendencias que veníamos observando, sino más bien una gran aceleración”, recoge el estudio de Caixabank. En este sentido, algunos de los elementos que podrían ser clave a la hora de entender el turismo, son la sostenibilidad, la personalización, la digitalización, seguridad y salud y cercanía y conectividad.
El turista poscoronavirus apostará por al sostenibilidad y los destinos pocos masificados, buscará experiencias que se adapten a sus necesidades y gustos, por lo que el valor añadido de la oferta turística ganará peso, y valorará especialmente la digitalización.
Otro aspecto clave para el viajero en los próximos años será la seguridad y salud, ya que tendrá en cuenta la calidad del sistema sanitario del lugar que visita. Pero, además, el turista valorará especialmente la cercanía y conectividad, es decir, que los destinos puedan ofrecer una conexión cómoda.
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