15 septiembre, 2020
Ya era un monumento conocido y las imágenes de la exhumación del dictador Francisco Franco, que pudieron verse en las televisiones de todo el mundo, multiplicaron el interés por visitarlo de los turistas españoles y extranjeros. Se trata del Valle de los Caídos, un elemento patrimonial que experimentará un lavado de imagen con el que el Gobierno pretende acabar con su condición de símbolo del franquismo y convertirlo en todo un homenaje a la democracia y a los valores constitucionales.
De ser el lugar de reposo de un dictador y servir como polo de atracción para los nostálgicos del régimen, pasará a ser un espacio en el que honrar la memoria de los combatientes de ambos bandos y en el que enterrar a personalidades ilustres. “Las víctimas de los dos bandos tendrán paz y respeto”, manifestó la vicepresidenta Carmen Calvo tras presentar el anteproyecto de la llamada Ley de Memoria Democrática.
Otro de los cambios avanzados por Calvo afecta a la nomenclatura de uno de los espacios del monumento, concretamente al Panteón de Hombres Ilustres, que pasará a denominarse Panteón de España para ofrecer una imagen más inclusiva que no deje fuera al género femenino.
El proceso para transformar el Valle de los Caídos no será rápido aunque, como ocurrió en octubre del pasado año con la exhumación del dictador, la presencia del monumento en las noticias y en los debates parece anunciar un nuevo crecimiento del interés por él.
El momento en el que se conocerá cómo queda establecido el régimen de visitas y a qué partes del monumento podrán acceder los turistas cuando se complete la “resignificación” está aún lejos. Lo que sí se sabe es que el recinto dependerá de Patrimonio Nacional, que se encargará de su protección y conservación.