20 marzo, 2022
La guerra y la inflación, que se ha agravado con el conflicto bélico en Ucrania, ponen en jaque a al turismo que, pese a las previsiones de recuperación tras el bache de la pandemia, se enfrenta a un complejo 2022. El incremento del precio de la luz en los hoteles, la previsible falta de productos para la hostelería ante la huelga del transporte y el encarecimiento del precio de los billetes de avión, derivado del alza en el precio de los combustibles, son las principales preocupaciones para el sector.
«Tras dos años de crisis, parones, subidas y bajadas, nos vuelve un nuevo enfrentamiento, urge tomar decisiones que rebajen los costes de la energía por el bien de todo el mundo». Estas declaraciones de la directora general de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, Bárbara Gutiérrez, glosan a la perfección la inquietud de todo un sector. «La hostelería debe continuar y funcionar con normalidad después de todos los problemas y limitaciones a las que ha tenido que hacerle frente», subraya.
El sector está sufriendo de manera directa en su cuenta de resultados la subida de precios energéticos y de materias primas, que amenaza con debilitar la viabilidad de los negocios hosteleros. En el gremio, la energía representa entre el 6% y el 8% de los costes de un negocio, por lo que una subida de un tercio puede provocar un aumento de entre el 1% y 2% de los gastos fijos. El incremento de precios de materias primas como el aceite ya se situaba en febrero en un 30% por el IPC y este mes ha aumentado por el contexto de guerra en Ucrania.
Por si fuera poco, el actual parón del sector de los transportes agrava la preocupación del sector, que según Hostelería de España empieza a notar los efectos, concretamente en la escasez de productos frescos. Además, el efecto en cadena de escalada de precios afecta a otros productos clave en la hostelería, como los zumos (un 7,5% de crecimiento en febrero) o el café (un 8,2% de crecimiento en febrero). Esta subida de precios de materias primas supone un incremento de los gastos de hasta un 25% en las cafeterías y hasta un 50% en los restaurantes de lujo.
Desde Cerveceros de España también alertan sobre el impacto que esta huelga provoca en toda la cadena de valor y recuerdan que esta bebida puede suponer hasta el 25% de facturación en los bares, cifra que alcanza incluso el 40% en algunos casos, en especial en las pequeñas empresas de restauración.
Además, la subida sin precedentes del precio de la energía es insostenible para el sector, ya que afecta al precio de otros productos y repercute en toda la cadena. La electricidad es un gasto básico que no se puede eliminar ni de los hoteles ni de los bares y restaurantes, donde el coste medio hasta el momento se situaba entre los 300 y los 1.000 euros y que han sufrido una subida del recibo de entre un 20% y un 40%.
Con el incremento de los precios de la energía, por ser Rusia uno de los principales exportadores de recursos como el gas natural, y el alza del petróleo, que se encuentra en máximos históricos, es más que previsible que los precios de los billetes de avión se incrementen de forma considerable, lo que hará que sean menos los turistas que llegarán a España por esa vía.
Por otra parte, Rusia no es el principal país emisor de turistas hacia España, pero los turistas rusos, con un desembolso medio diario de 175 euros, sí se encuentran entre los que más gastan cuando visitan nuestro país. La dependencia del mercado ruso es desigual y se notará con especial incidencia en destinos como la Costa del Sol y Cataluña, comunidad autónoma esta última a la que, en este 2019, llegaron 795.000 rusos y 200.000 ucranianos.