18 noviembre, 2019
PABLO LÓPEZ /
La avalancha de turistas que visitan el territorio de Ucrania que antaño ocupó la central nuclear de Chernóbil ha provocado un conflicto fronterizo, pues Bielorrusia no está dispuesta a que entren en su territorio decenas de miles de personas que podrían estar contaminadas por radiación. La zona a la que acuden los curiosos, muchos de ellos movidos por la exitosa serie televisiva acerca del accidente ocurrido en 1986, está a solo 10 kilómetros de la frontera que separa Bielorrusia de Ucrania y eso, cuando la cifra de turistas supera los 100.000 anuales, es todo un problema.
Las autoridades ucranianas consideran que la zona puede visitarse y, de hecho, lo promueven desde el año 2011. Bielorrusia, sin embargo, tiene una opinión contraria e insiste en que transitar por las inmediaciones de Chernóbil es toda una temeridad. “La gente no debería ir allí”, recalcó un responsable de seguridad fronteriza bielorruso en declaraciones a la agencia estatal BelTA.
Drones, cámaras de vigilancia y medios humanos forman parte del dispositivo desplegado en la frontera por las autoridades bielorrusas. La preocupación por proteger el país de los turistas de Chernóbil llega al punto de que el Gobierno bielorruso ha planificado crear un centro de control específico para monitorizar una línea fronteriza que prácticamente coincide con la que antaño constituyó la que marcaba el final de la zona de exclusión.