25 enero, 2021
Reino Unido se plantea cerrar sus fronteras para contener una expansión de la Covid-19 que está descontrolada en su territorio. La decisión acerca de la medida llegará esta misma semana, pocos días después de que el país registrara su peor dato diario de mortalidad con casi 2.000 fallecidos y de que el presidente Boris Johnson aludiera a la probabilidad de que la llamada cepa británica sea un 30% más letal.
El cierre de fronteras, que impediría la entrada o salida del país salvo por fuerza mayor o con autorización especial, es la más estricta de las propuestas que tiene sobre la mesa el Gobierno británico. Recuperar la cuarentena en los hoteles, la exigencia de mayores garantías a los viajeros que llegan a los aeropuertos e incluso el uso de pulseras u otros materiales identificativos para que las personas acrediten estar libres de coronavirus son otras de las ideas sobre las que el Ejecutivo que encabeza Boris Johnson decidirá esta semana.
Mientras los británicos esperan que su Gobierno mueva ficha, otros países europeos ya han adoptado medidas para intentar evitar la entrada de personas infectadas con la temida cepa detectada en Reino Unido.
Portugal suspendió todas las conexiones aéreas con Reino Unido, una medida con efecto recíproco que también supone que ningún avión con origen en aeropuertos portugueses aterrice en suelo británico.