13 agosto, 2021
Como en la famosa película de Steven Spielberg, aunque con un final sin víctimas, un tiburón atemorizó a los bañistas que se encontraban en la playa de Poniente de la turística localidad alicantina de Benidorm. Uno de esos bañistas fue el primero en avistar al escualo, un ejemplar de tintorera que estaba desorientado y que nadaba sin rumbo a tan sólo 30 centímetros de profundidad y con su icónica aleta dorsal plenamente visible.
El sorprendido bañista avisó de inmediato a la policía y a los servicios de socorrismo y el Ayuntamiento adoptó la decisión de cerrar la playa al baño para evitar riesgos y para facilitar el trabajo de los equipos desplazados al lugar para rescatar al animal y devolverlo a mar abierto.
Junto a los policías y a los miembros de los servicios municipales de socorrismo, llegaron a la playa los expertos del Oceanogràfic de Valencia, que dispone de personal especializado en este tipo de operaciones de rescate de animales marinos.
Tras inmovilizar al tiburón, una hembra de 2,5 metros y 80 kilos de peso, los especialistas del Oceanogràfic le realizaron un análisis de sangre, cuyos resultados ayudarán a comprender los motivos por los que se acercó tanto a la costa. Una vez recogida la toma y tras comprobar que el animal no presentaba heridas, lo liberaron mar adentro.
“Cuando una especie pelágica se acerca tanto a la costa, suele ser porque presenta algún tipo de enfermedad o está herida, por eso es fundamental evaluar su estado general y decidir la mejor opción en base a los hallazgos”, explica el responsable de Conservación de la Fundación Oceanogràfic, José Luis Crespo, que añade que “es vital seguir aprendiendo de otras especies porque hay mucho que desconocemos”.
La tintorera, también llamada tiburón azul, es una especie muy extendida en mares y océanos tropicales que, sin embargo, está “en peligró crítico de extinción” en el Mediterráneo. Pese a la alarma que generó entre los bañistas, esta especie no es peligrosa para los seres humanos.