12 diciembre, 2019
PABLO LÓPEZ /
La Cumbre del Clima que acoge Madrid y que finalizará mañana ha puesto al sector del turismo en el centro del debate medioambiental. La contaminación procedentes de los transportes, la energía consumida en los hoteles o la basura y el ruido que generan los visitantes en los destinos más masificados son algunas de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa.
Los problemas parecen claros pero, ¿qué hace el sector para combatir el cambio climático? Lo cierto es que la conciencia ecológica es un aspecto al que cada vez le dan más importancia los consumidores y, por ello, hoteles, compañías aéreas, organizaciones y administraciones públicas aprovecharon la celebración de la Cumbre para, desde el propio evento o desde fuera, exponer algunas de las medidas que han adoptado.
Si hubo una medida estrella entre los hoteles españoles para proteger el medio ambienta, esa ha sido la eliminación de los plásticos de un solo uso de habitaciones, restaurantes y demás instalaciones.
Una de las primeras cadenas en declarar la guerra al plástico fue Paradores, que ya el pasado mes de septiembre anunció la desaparición total de ese material en sus establecimientos para antes de que finalice el año. “Ya no hay ni botellas, ni vasos, ni pajitas”, comentó sobre la medida el presidente-consejero delegado de Paradores, Óscar López, que añadió que el cambio permitirá evitar la producción de 18 toneladas de plástico.
Además de suprimir el plástico, Paradores utiliza para los productos de higiene que oferta en sus habitaciones envases degradables, fabricados con resina ecológica compuesta de paja de trigo. Los estuches que los contienen, están hechos de cartón reciclado.
La batalla contra el plástico en los alojamientos se está librando y se está ganando. En la ciudad de Barcelona, establecimientos como el hotel Palace han erradicado ese material con tan mala prensa en todo tipo de objetos y envases, desde las botelles y las pajitas, hasta las bolsas que contienen la lencería y el periódico.
También han innovado los hoteles en materia de reciclaje. Una de las iniciativas más curiosas es la que puso en marcha la cadena NH para convertir los corchos de las botellas en material de revestimiento para las habitaciones. Las virtudes del corcho como aislante térmico y sonoro están detrás de una iniciativa que ya ha servido para reciclar 1.994 kilogramos, que se utilizaron para la construcción de 300 habitaciones.
Entre las iniciativas que vinculan reciclaje y turismo, destaca también la puesta en marcha por Ecoembes que, para evitar la proliferación de basura en el Camino de Santiago, ha equipado a un total de 453 albergues con contenedores, herramientas para recopilar datos y pegatinas con lemas que impulsen a cuidar el medio ambiente.
El ahorro de energía es otro de los puntos fuertes de las campañas medioambientales impulsadas desde el sector hotelero. La utilización de placas solares que reducen el consumo en un 5% y la instalación de calderas de última generación que lo disminuyen hasta en un 30%, ejemplos de medidas que ha implantado el Palace de Barcelona; o los sistemas de inteligencia artificial para regular la calefacción que se presentarán en la próxima edición de Fitur dentro de la propuesta del Hotel de Futuro son ejemplos de ello.
Si hay un ámbito vinculado al turismo sobre el que se ha incidido con especial virulencia durante la Cumbre del Clima es el de los transportes, sobre todo del aéreo y el marítimo. Así, la propia ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, reconoció esta misma semana que, si bien la implantación de una tasa al combustible de aviones y barcos “no es una primera opción” para el Gobierno”, son cada vez más los países que se muestran favorables a imponer una carga fiscal al queroseno y al fuel.
Frente a movimientos como vergüenza a volar, que invitan a rechazar los viajes en avión, y frente a los datos facilitados por la propia Organización Mundial del Turismo (OMT) sobre la previsión de un aumento del 25% de las emisiones contaminantes del transporte para el año 2030, la Mesa del Turismo y varias compañías aéreas se defendieron exponiendo que ya trabajan para ser más ecológicos.
La producción de aviones con materiales más ligeros por la industria aeronáutica y la sustitución del combustible contaminante de cruceros y ferris por gas licuado son dos de las medidas más generalizadas entre las compañías y fueron utilizadas por la Mesa del Turismo para defender, en un comunicado a un sector que consideran injustamente tratado e incluso “demonizado”.
Reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta un 50% para el año 2050 es el objetivo que ha marcado la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para combatir el cambio climático.
Incluso los animales se han beneficiado de algunas de las medidas y proyectos medioambientales procedentes de empresas e instituciones relacionadas con la industria turística.
Uno de los casos más curiosos y llamativos es el del Hotel Pou de la Neu, en el paraje natural Alt de la Carrasqueta de Xixona, que ha sido el primero en instalar el Hotel Bee&Bee, una iniciativa que ha lanzado la marca de turrones Picó en colaboración con la Fundación Amigos de las Abejas y el Instituto Tecnológico Hotelero y que consiste en un refugio para las abejas, unos insectos que están “en serio peligro”. Todos los alojamientos que lo deseen pueden solicitar uno de estos refugios poniéndose en contacto con la turronera.
Paradores, una cadena que desde siempre estuvo muy conectada con el mundo rural y con la naturaleza, también cuenta con proyectos para la protección y el cuidado de la fauna. Los desarrollados junto a la Organización Xaloc y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos en el entorno de los Paradores de El Saler y Cangas de Onís son dos ejemplos.